Los castillos de los Pirineos, con el de Muro al frente, se han convertido en emblema de los castillos de frontera de los condados catalanes. Recorrer este territorio es seguir los pasos del dueño y señor de esta zona : Arnau Mir de Tost.
En el Pallars Jussà encontramos una veintena de torres de defensa que nos transportan a la época medieval cuando el Montsec era una de las zonas de frontera más importantes de la reconquista cristina. Estos castillos formaban parte de la Marca Hispánica y son el testimonio de la conquista de los territorios musulmanes que se llevó a cabo entre los s
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Los castillos de los Pirineos, con el de Muro al frente, se han convertido en emblema de los castillos de frontera de los condados catalanes. Recorrer este territorio es seguir los pasos del dueño y señor de esta zona : Arnau Mir de Tost.
En el Pallars Jussà encontramos una veintena de torres de defensa que nos transportan a la época medieval cuando el Montsec era una de las zonas de frontera más importantes de la reconquista cristina. Estos castillos formaban parte de la Marca Hispánica y son el testimonio de la conquista de los territorios musulmanes que se llevó a cabo entre los siglos X y XII.
Inicialmente estos castillos tenían una función de vigilancia, defensa, domino del territorio y alarde de poder. La misión de las torres circulares repartidas por todas partes era hacer de punto de conexión entre ellos a lo largo de esa frontera. Pasado el peligro, muchos castells perdieron su uso y se abandonaron. Ahora, con visitas turísticas guiadas se puede conocer su historia y legado que nos han dejado.