La catedral de Huesca (ss.XIII-XVI) es uno de los monumentos más destacados de la provincia que merecen sin duda una visita. Se trata de un gran templo gótico levantado sobre el emplazamiento de la antigua mezquita mayor musulmana. Muestra diferentes estilos, como el gótico primitivo en su parte inferior (XIII) y flamígero en la superior (XVI).
Destaca su portada, profusamente esculpida y, en el interior, la pieza más valiosa es el retablo renacentista del Altar Mayor (1520 y 1534), obra maestra esculpida en alabastro por Damián Forment. Junto a la catedral se encuentra
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La catedral de Huesca (ss.XIII-XVI) es uno de los monumentos más destacados de la provincia que merecen sin duda una visita. Se trata de un gran templo gótico levantado sobre el emplazamiento de la antigua mezquita mayor musulmana. Muestra diferentes estilos, como el gótico primitivo en su parte inferior (XIII) y flamígero en la superior (XVI).
Destaca su portada, profusamente esculpida y, en el interior, la pieza más valiosa es el retablo renacentista del Altar Mayor (1520 y 1534), obra maestra esculpida en alabastro por Damián Forment. Junto a la catedral se encuentran el Museo Diocesano, instalado en los antiguos claustos románicos y gótico.
Destaca el Salón del Tanto Monta, con otro impresionante alfarje mudéjar. Este museo lo componen las salas de orfebrería y las de arte medieval, renacentista y barroco. Entre sus piezas sobresale el retablo de la antigua Abadía de Montearagón, de alabastro.