La iglesia de Santiago, declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, fue proyectada como un edificio de planta basilical de tres naves y tres ábsides semicirculares que nunca llegó a terminarse. Su primera campaña constructiva - los ábsides se relacionan en su lenguaje arquitectónico y escultórico con la cabecera de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), por lo que la iglesia de Santiago fue comenzada por un taller de origen francés que había trabajando en este templo riojano.
Para cerrar los ábsides y terminar la decora
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La iglesia de Santiago, declarada Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, fue proyectada como un edificio de planta basilical de tres naves y tres ábsides semicirculares que nunca llegó a terminarse. Su primera campaña constructiva - los ábsides se relacionan en su lenguaje arquitectónico y escultórico con la cabecera de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), por lo que la iglesia de Santiago fue comenzada por un taller de origen francés que había trabajando en este templo riojano.
Para cerrar los ábsides y terminar la decoración se recurrió al Maestro de San Juan de la Peña o de Aigüero. Este artista y su taller además de desempeñar la labor decorativa, también dirigirían la construcción porque en este época escultura y arquitectura estaban íntimamente ligadas en un edificio.
El Maestro de San Juan de la Peña o de Agüero
En realidad las obras ligadas a este maestro serían obra de un taller de colaboradores que trabajarían a las órdenes de un artista principal. Este taller llegó a concebir un estilo propio con características muy definidas visibles en el claustro de San Juan de la Peña o de San Pedro el Viejo de Huesca, así como en las portadas de San Nicolás de El Frago, o San Antón de Tauste entre otras.
Sus rasgos formales más importantes son los ojos en forma de almendra, los pliegues de las ropas semicirculares o el uso de repertorio fijo de formas vegetales. Además de las constantes iconográficas, tambien hay que señalar que las obras de este maestro están ligadas a cuatro marcos aquitectónicos concretos : frisos, arquerías de claustros - como en San Juan de la Peña -, capiteles a la altura del arranque de las bóvedas y portadas, tal como ocurre en Agüero.