Una mirada al pasado.

Entre los siglos X y XI, esta ermita presentaba en sus proximidades un horno de cerámica medieval el cual producía pequeñas ollas que muy probablemente eran utilizadas para guardar aceite de nueces; actualmente no se encuentra ningún vestigio de este horno, pero, como muestra de su existencia, se han encontrado varios fragmentos de cerámica gris en los campos de alrededor.

Las ollas producidas eran pequeñas, de unos 15 centímetros de diámetro. La decoración más frecuente que presentaban eran líneas horizontales paralelas y en algunos casos incisiones triangulares hechas con punzón. La producción de ollas en este lugar dio nombre a diferentes topónimos de la geografía de sus alrededores: la masía de ollers, torrente oller o la partida de los ullessus.

La ermita de Santa Creu dels Ollers es uno de los muchos ejemplos de ermitas románicas que se encuentran repartidas en el Valle de Lord. Esta fecha del siglo XI y su estructura perteneciente a un románico primitivo, consta de una sola nave rectangular y un ábside semicircular; también presenta un campanario de espadaña con una sola campana.

Sobre los primeros documentos que mencionan la ermita, se encuentra que el 14 de octubre de 1084, el conde Ermengol IV de Urgell cedió la propiedad de la iglesia de Santa Creu en la “Villa de Ollerios” a los monjes benedictinos que existían en Sant Llorenç. En ese momento vivían une 6 familias a su alrededor, algunos miembros de las cuales posiblemente eran quienes fabricaban las ollas de cerámica. Al constituirse la población de Sant Llorenç de Morunys a finales del siglo XIII, esta parroquia perdió importancia.