Sant Miquel de la Mosquera es una pequeña Iglesia de incierta datación, dedicada a San Miguel Arcángel y a San Juan Bautista. Fue ampliada en el siglo XIX. El ábside no está diferenciado de la nave y encima de la parde de poniente se alza un campanario de un solo ojo.
En el interior se conserva un retablo del siglo XVI dedicado a los santos patronos - con escenas relativas a sus vidas y milagros - y unas pinturas murales en la bóveda y paredes del presbiterio, así como en la bóveda de la nave.
Estas pinturas, cuyo tema central es la Transfiguración de Cristo y que son de finales del siglo XIX, son obra del pintor Oromí de la Seu d’Urgell.
Esta iglesia tiene dos pequeñas curiosidades: la primera, si miramos al techo, constataremos que en la pintura del siglo XIX falta uno de los diez mandamientos; y la segunda, es que en el retablo está representado Judas Iscariote, hecho inusual y rarísimo.
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