Esta ermirta del siglo XVII se construyó en un punto elevado, dominando los somontanos, el valle del Vero, las sierras orientales de Guara y Alquézar.
Por este lugar passaba un importante camino que enlazaba la villa de Alquézar con los pueblos de Sobrarbe, al norte. Para que en días de niebla no se perdieran los que por él transitaban (arrieros, pastores, cazadores...) el ermitaño que aqui vivió hasta el siglo XIX tocaba la "campana de los perdidos".
También tocaba el Ángelus a las 12 h todos los días del año.
Documentos de
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Esta ermirta del siglo XVII se construyó en un punto elevado, dominando los somontanos, el valle del Vero, las sierras orientales de Guara y Alquézar.
Por este lugar passaba un importante camino que enlazaba la villa de Alquézar con los pueblos de Sobrarbe, al norte. Para que en días de niebla no se perdieran los que por él transitaban (arrieros, pastores, cazadores...) el ermitaño que aqui vivió hasta el siglo XIX tocaba la "campana de los perdidos".
También tocaba el Ángelus a las 12 h todos los días del año.
Documentos de la Colegiata recogen una tradición muy antigua. Cuenta que en torno a la festivadad de San Marcos (25 de abril), los clérigos de la Colegiata y vecinos realizaban tres procesiones a tres ermitas : San Gregorio, Santa Cruz (hoy San Antón) y San Lucas (desaparecida).
En la actualidad, los vecinos de Alquézar siguen acudiendo en romería para celebrar la festividad de San Gregorio.