Es aquí, en el centro del pueblo, donde se construyó en el siglo XVII o se reconstruyó sobre los restos de un lugar de culto anterior.

Inicialmente, la iglesia carecía de campanario. Durante la visita pastoral del 22 de mayo de 1664, el obispo de la época, Monseñor Verthamon, ordenó a los habitantes del pueblo que construyeran uno, alegando que el cementerio se encontraba en estado de desorden, que el párroco vivía en la inseguridad y que el señor del señorío no hacía su Pascua.

Incendiado en 1883, fue enteramente restaurado por los voluntarios del pueblo bajo el ayuntamiento del alcalde de la época, Pierre Clergue, y volvió al culto el 10 de septiembre de 1950 bajo el episcopado de Monseigneur Guiller, gracias en gran parte a numerosas donaciones, entre otras de ciertos expatriados en Senegal.