El río, la red fluvial en su conjunto, ha sido y es todavía, la base de la economía local de Llavorsí: primero el derecho del pontaje, después el agua fue la fuerza motriz de muelas, batanes y fraguas, y la vía de transporte de la madera por los almadieros; y ahora los ríos generan energía eléctrica o son la base de las actividades del turismo activo.

Llavorsí, por su ubicación geográfica, en el doble cruce de ríos y caminos, se convierte en el punto de confluencia de todos los valles del Alt Pallars, a la vez que como puerta entre las tierras más bajas de la mitad meridional del Pallars Soberano y las tierras abruptas de los altos valles pallareses.

Las casas del pueblo están agrupadas unas sobre otras y da la impresión de que se encuentran prisioneras entre las montañas que las rodean. El pueblo conserva su aire pirenaico en las restauraciones de las antiguas casas y las nuevas construcciones que siempre han seguido el criterio del resto de su conjunto.

Destaca el casco antiguo perfectamente conservado. Las calles son estrechas, empedradas y con fuertes desniveles, creando un ambiente ideal para dar paseos. La iglesia está dedicada a Santa Ana, decorada con pinturas murales modernas.

Llavorsí es uno de los miembros fundadores de la Red de Pueblos con Encanto de la demarcación de Lleida