Carrera prestigiosa y magnífica, el Señor de los pirineos ofrece paisajes muy variados y ricos en emociones: camino por descubrir, paso del Portillon, cruce del glaciar y cruce del Pont de Mahomet. En la cima, 360º, un panorama extraordinario corona la subida.
Carrera prestigiosa y magnífica, el Señor de los pirineos ofrece paisajes muy variados y ricos en emociones: camino por descubrir, paso del Portillon, cruce del glaciar y cruce del Pont de Mahomet. En la cima, 360º, un panorama extraordinario corona la subida.