Nos acercamos esta vez a la comarca de la Baixa Cerdanya, un gran altiplano situado a más de 1000m de altura custodiado por cimas que rozan los 3000 m. Su singularidad reside en su orientación, al contrario de la mayoría de valles pirenaicos que se orientan de norte a sur, este lo hace de este a oeste siguiendo la trayectoria solar. Gracias a ello se ha convertido en uno de los valles de montaña con más horas de sol de Europa.
No es esta su única peculiaridad, la escasa humedad del ambiente, la nitidez del cielo, la benevolencia de su clima marcadamente mediterráneo un
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Nos acercamos esta vez a la comarca de la Baixa Cerdanya, un gran altiplano situado a más de 1000m de altura custodiado por cimas que rozan los 3000 m. Su singularidad reside en su orientación, al contrario de la mayoría de valles pirenaicos que se orientan de norte a sur, este lo hace de este a oeste siguiendo la trayectoria solar. Gracias a ello se ha convertido en uno de los valles de montaña con más horas de sol de Europa.
No es esta su única peculiaridad, la escasa humedad del ambiente, la nitidez del cielo, la benevolencia de su clima marcadamente mediterráneo unido a su amplitud y cercanía a la frontera, lo han convertido en un territorio deseado por todos. Por ello a lo largo de los tiempos la historia y los hombres se ha empeñado en dividirla.
Iniciamos el recorrido en su zona más occidental, para internarnos en la Vall de la Llosa uno de sus valles mas agrestes, solitarios y desconocidos. En él se encuentran los dos Estanys de la Muga custodiados por la Tosa Plana de Lles 2916m, una de las cuatro cimas por encima de los 2900m que se alzan en esta comarca.