Mi historia personal es la historia de cualquier persona que a lo largo de su vida tiene que definir su destino.
Con 14 años empecé a estudiar cocina, y pasados tres años ya me fui dando cuenta que lo que más me gustaba era el momento de salir a servir al comedor.
Pero claro está, todo en la escuela era más fácil. Me dí cuenta de ello rápidamente en mi primer trabajo de camarera, donde pasé vergüenza, algún mal rato, y algún cliente no muy simpático. Pero a pesar de todo eso, también pude ver que todo aquell
... Leer más
Mi historia personal es la historia de cualquier persona que a lo largo de su vida tiene que definir su destino.
Con 14 años empecé a estudiar cocina, y pasados tres años ya me fui dando cuenta que lo que más me gustaba era el momento de salir a servir al comedor.
Pero claro está, todo en la escuela era más fácil. Me dí cuenta de ello rápidamente en mi primer trabajo de camarera, donde pasé vergüenza, algún mal rato, y algún cliente no muy simpático. Pero a pesar de todo eso, también pude ver que todo aquello era lo que me gustaba, el trato con la gente, así que trabajé siempre de cara al público.
Aquí, en el valle de Benasque, se vive del turismo y aprovechando esta oportunidad, decidimos montar un hotel con mis padres para poder trabajar en él todos juntos. Empezamos una aventura, un sueño.
La ilusión no faltó desde el principio, trabajábamos muchas horas, cierto, pero tenía una gran recompensa, ver a los clientes disfrutar de un buen desayuno, de un descanso reparador, verlos sentirse como en casa y finalmente poderlos saludar año tras año.
Este es nuestro fin.
A los tres años de abrir el hotel, un duro golpe sobrevino a la familia, mi padre, el pilar de todo este proyecto de vida, falleció.
Días duros nos acompañaron, pero había que seguir adelante y el quiso que este fuera nuestro medio de vida, nuestro sueño, no podíamos abandonar.
Nos levantamos cada mañana con una sonrisa, como el nos enseñó, esperando a los nuevos clientes, y a los que vuelven a visitarnos para poder ofrecerles lo mejor del Hotel Casa Chuldian.
Y para ello seguimos formándonos y aprendiendo nuevos platos para nuestro restaurante, nuevas maneras de comunicar lo que ofrecemos y como no, enseñar a los que nos visitan todo lo que pueden disfrutar en el hotel y del entorno privilegiado en el que nos encontramos. Estamos en plena naturaleza y ésta no ofrece muchas cosas para poder hacer y disfrutarla. Nosotros los ayudaremos a encontrar la manera de cómo hacerlo.
De vez en cuando hay que parar y respirar aire puro.