La casa está ubicada en la Cortinada (Ordino), junto al camino que va desde la palanca del Vilar al puente Sobirà. Cal Pal formaba parte de un conjunto de bienes adscritos al albergue Escoter – casas, casales, corrales, tierras, prados, huertos, hortales, dehesas, pastos y otras posesiones - , que fueron donados en 1435 por Bernat Escoter, vicario de la Massana, y su madre, Raimunda Escotera, a Joan Pal de Ordino.
La casa quedó en manos de la familia Pal durante la baja edad media y los inicios de la época moderna hasta que, por matrimonio, se unió a la casa Teixidor de Sispon
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La casa está ubicada en la Cortinada (Ordino), junto al camino que va desde la palanca del Vilar al puente Sobirà. Cal Pal formaba parte de un conjunto de bienes adscritos al albergue Escoter – casas, casales, corrales, tierras, prados, huertos, hortales, dehesas, pastos y otras posesiones - , que fueron donados en 1435 por Bernat Escoter, vicario de la Massana, y su madre, Raimunda Escotera, a Joan Pal de Ordino.
La casa quedó en manos de la familia Pal durante la baja edad media y los inicios de la época moderna hasta que, por matrimonio, se unió a la casa Teixidor de Sispony, aunque siempre se ha mantenido el nombre de Cal Pal. El último habitante de la casa fue Anton "Tonillo" Torres Armengol, "el Pal", que murió en 1956 sin descendencia, y sus hermanos, instalados en Francia, se la vendieron a Serafí Reig Ribó.
Cal Pal es una de las construcciones más representativas de la arquitectura vernacular andorrana, y de la cual se han podido documentar ampliaciones en los siglos XVI y XIX, en las que se añadieron un tercer cuerpo anexo, el palomar y las dos galerías cubiertas. El edificio ha sido restaurado por la propiedad y en octubre de 2018 abrió como espacio sociocultural. Cal Pal acoge exposiciones temporales; la primera de ellas ha sido Primera pedra, de Jordi Full (1967-2019), dedicada a la piedra seca.