Los valles de Nocito y Belsué son dos de los parajes más bellos y todavía por descubrir del prepirineo aragonés. Situada en una peña rodeada de montañas, Belsué enseñorea su perfil junto a la sinuosa carretera que nos va introduciendo hacia el valle de Nocito, en un camino que nos encontraremos con hermosos despoblados como Santa María de Belsué y Lúsera.
En Santa María todavía se guarda su interesante iglesia parroquial (siglo XI), declarada Monumento Histórico-Artístico, y no lejos de allí, la ermita en h
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Los valles de Nocito y Belsué son dos de los parajes más bellos y todavía por descubrir del prepirineo aragonés. Situada en una peña rodeada de montañas, Belsué enseñorea su perfil junto a la sinuosa carretera que nos va introduciendo hacia el valle de Nocito, en un camino que nos encontraremos con hermosos despoblados como Santa María de Belsué y Lúsera.
En Santa María todavía se guarda su interesante iglesia parroquial (siglo XI), declarada Monumento Histórico-Artístico, y no lejos de allí, la ermita en honor a la Virgen de los Linares. En un enclave de singular belleza se levanta el caserío de Nocito, de entramado medieval y construcciones típicas de montaña.
En las proximidades encontramos el Santuario de San Úrbez y bellos parajes naturales como el barrannco de La Pillera.