La receta de Carmeta, nacida en 1905, se ha transmitido de generación en generación entre las mujeres de la familia. Su legado nos llega hoy a través de una bis-sobrina para recordar a las nuevas generaciones el saber secular de las plantas medicinales y el aprecio hacia la montaña que nos las ofrece.
Siguiendo la tradición, las plantas reposan en el alcohol bajo el sol y la luna, a la intemperie, hasta el punto óptimo de maceración. Después del filtraje, el elixir reposa en una bodega hasta obtener un concentrado de l
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La receta de Carmeta, nacida en 1905, se ha transmitido de generación en generación entre las mujeres de la familia. Su legado nos llega hoy a través de una bis-sobrina para recordar a las nuevas generaciones el saber secular de las plantas medicinales y el aprecio hacia la montaña que nos las ofrece.
Siguiendo la tradición, las plantas reposan en el alcohol bajo el sol y la luna, a la intemperie, hasta el punto óptimo de maceración. Después del filtraje, el elixir reposa en una bodega hasta obtener un concentrado de la esencia y del carácter de nuestros valles.
Este licor envejece en botella y de año en año se puede apreciar su mejoría... ¡siempre y cuando la paciencia y la botella no se agoten!